17 de octubre de 2014

Verde sueño

Vago en un sueño de incierto despertar. El olor de las rosas invoca tu nombre y, en el cenit de la mañana, tu cadera se cierne sobre los delicados pastos que alfombran mi adormecimiento.
Altiva como los laureles que reposan sobre la mollera de los dioses está tu figura. Y en cuanto a mí, todo es irreal, todo tiene un oscuro tinte de crudeza onírica. Pero solo hasta la primera sonrisa que nos guíe hacia el último de los besos que nos prometimos sin hablar.

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